Con el paso del tiempo se ha perdido costumbres que por referencias de nuestros mayores sabemos que se celebraban, como el domingo de Piñata, (fiesta de Piñata) y San Roque, que tenían asignación de propios.
Para que no pasen al olvido, algunas ya desaparecidas y otras que aun se celebran, quiero exponerlas brevemente:
Los Carnavales, tras un paréntesis largo de prohibición, se han vuelto a celebrar con gran animación, con comparsas, estudiantinas y murgas.
San Isidro, después de unos años decadentes,’ hace unos diez que se ha renovado con una romería a su ermita donde se celebra la Santa Misa. Se entregan premios a las diferentes carrozas que participan en un concurso y se pasa el día con bailes y total camaradería entre los vecinos.
Otra fiesta llena de sabor popular es el día del Corpus. El pueblo se engalana adornando las calles por donde va a pasar la procesión del Santísimo con guirnaldas, banderitas, las aceras llenas de macetas con flores y el suelo cubierto con juncias y poleos., que dulcifica el aire con su característico y agradable olor. En cada calle de la procesión se levanta un altar para que el sacerdote celebre un breve acto Eucarístico.
LAS FIESTAS PATRONALES
Se celebran los días 10 al 13 de Agosto. En épocas pasadas han tenido otras fechas como 28, 15, 2 y 24 de Agosto, San Bartolomé en cuyo honor se celebran.
En Semana Santa, el cambio más significativo era la forma de anunciar al vecindario las celebraciones de los diferentes cultos, desde la conmemoración de la muerte de Cristo hasta su resurrección, que no se tocaban las campanas, saliendo por las calles repicando las matracas, que es un instrumento de madera con varias aldabas, que al ser movido violentamente hacia los lados produce un ruido seco y desagradable. Covarrubias dice que el nombre le viene por la figura. onomatopeya del ruido que forman. Quien las tocaba pregonaba si repiqueteaba a los ofícios, a la procesión o al acto que se celebraba. En las procesiones, sobre todo en la de la Virgen de la Soledad, solían cantar saetas. Recuerdo dos mujeres que eran asiduas, Josefa la «Aguza» y la «Natalita».
Con el Domingo de Resurrección comenzaban los tres días de Pascua durante los cuales se paseaba por la carretera hasta el cruce del cementerio de los «Italianos». Abundaban los puestos de chucherías instalados en la huerta de la «Graná», en la cual si era la época, se compraban lechugas y los niños íbamos con los hornazos, regalos de los padrinos o abuelos que consistían en roscos de pan con huevos cocidos o rosquetes, que era un rosco de dulce bañado en clara de huevo. Al anochecer continuaba la fiesta con el paseo en el pueblo, el baile y el cine.
La fiesta de la Candelaria era muy celebrada en el siglo. XVIII, teniendo asignada por el Concejo cuarenta Reales de Vellón, llegando a los años cincuenta con bastante esplendor. Después de la Santa Misa se salía en procesión alrededor de la., Iglesia con ofrendas en la que dos niños portaban un cestito con, palomas y dos niñas con una gran tarta que a su término se repartían en porciones entre los pobres de la localidad. Desde hace unos años han vuelto las candelas y hogueras que por las noches encienden en la calle festejándolo hasta bien entrada la madrugada.